El sonido es una parte integral de nuestras vidas, antes de nacer estamos rodeados de sonidos: latidos cardiacos de la madre, de la respiración. La música es el lenguaje que activa nuestro cerebro primitivo activando la zona prefrontal y las conexiones cerebrales.

La meditación con cuencos tibetanos es una herramienta terapéutica de transformación que hace que entremos en nuestro espacio de silencio equilibrando nuestro estado emocional.

El poder curativo de los cuencos tibetanos se halla en los armónicos y en el principio de resonancia, funcionando como un conductor, según el cual las vibraciones sonoras armónicas contagian y transforma a otras más débiles, disonantes o no saludables, creando un campo envolvente de sonido lleno de armónicos que ayuda a equilibrarnos.

En el entorno en que nos movemos y desarrollamos entran todo tipo de estímulos por nuestros sentidos. Percibimos el mundo a través de la luz y el sonido, siendo el sonido la forma básica de expresión de la energía y esta se manifiesta a través de la vibración armónica. Cuando sentimos la vibración de los cuencos tibetanos sentimos un estado de conciencia y presencia, podemos liberarnos de todo ruido mental creando nuestra realidad. Cada persona es diferente, por lo que el sonido producirá diferentes sensaciones.

Es una técnica de armonización natural creando un espacio envolvente de sonido lleno de vibración que penetra en el cuerpo a nivel físico, emocional y energético. Provocando efectos beneficiosos como:

– Relajación muscular, reduciendo el ritmo cardiaco y respiratorio. Este proceso produce endorfinas, sustancias del bienestar.
– Equilibrio de emociones.
– Mejora el estrés, ansiedad, depresión.
– Favorece estados de relajación y meditación.
– Equilibrio de los hemisferios cerebrales.
– Aumenta nuestra creatividad y mejorando nuestra capacidad de percepción del Universo.

¡Gracias por encontrar en un momento de mi vida este mundo apasionante de Vibración y Armonía! Y entrar en RESONANCIA con las frecuencias de armónicos de los cuencos tibetanos y el Gong terapeutico.

Empecé a resonar con el sonido de los cuencos tibetanos un día que sentí su vibración, desde entonces comencé a formarme aprendiendo la terapia de sonido.

Los conocimientos en sonoterapia los he ido adquiriendo a lo largo de varios meses de formación en india y Nepal. Realmente ha aumentado el conocimiento en la práctica tanto individual (mediante terapia), como grupal por medio de meditaciones y relajaciones. He ido ordenando todas las terapias realizadas, recogiendo datos para dar a conocer este proyecto de viaje interior, aventura vital y un puente de deseo de seguir creando y ofrecer lo aprendido.

Es una gran satisfacción poder transmitir de una forma sencilla y dar a conocer este mundo de frecuencias, vibración y resonancia a las personas para elevar su conciencia interior y que vibren a la más alta frecuencia dando forma a “nuestra Alquimia interior”.